Es adicta a su celular. XIX con tangos prostibularios como «El queco» (circa 1870) y «Tomá mate» (de los 1880), los tangos prostibularios solían carecer de letra (o al menos de letra estable) aunque sus nombres solían ser formas lunfardas o en todo caso figuradas de expresiones obscenas como «El choclo» o «Dame la lata» etc. A Lucía le encanta hacerse la adulta, pero en realidad es totalmente insegura.